¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1240

Capitulo 1240

"Si, mi nifo es muy valiente, y esta sefiora también lo es, quizas le paso algo, vamonos”, dijo la mama del nido, tomando la mano de su hija y alejandose.

Los nifios a veces solo ven la superficie, pero los adultos ven més alla. Como adulto, definitivamente no lloraria tanto si fuera solo por una simple caida.

Claramente algo la habia entristecido, y estaba aprovechando la caida para dejarse llorar a gusto. Jimena sollozaba, con los ojos nublados por las lagrimas mirando a la madre e hijo alejarse, parpadeo y las lagrimas cayeron de sus ojos.

Mirando la palma de su mano que habia raspado con una piedra hasta sangrar.

Claro que dolia, pero no lo suficiente como para llorar asi, Jimena se sec las lagrimas y quité las piedrecitas de su mano, apretando la palma adolorida

Respir hondo, intentando sentirse mejor.

Pero no importaba cuanto intentara respirar profundamente, esa opresion en su corazon, esa sensacion de no poder respirar seguia ahi, haciéndola llorar sin control.

No podia creer que el encuentro de Orson y Priscila le afectara tanto, su corazén dolfa como si le hubieran arrancado la mitad.g2

Jimena era por lo general despreocupada y alegre, rara vez lloraba.

Pero esta vez no podia contener las lagrimas, que cafan en el suelo de cemento, dejando manchas Oscuras.

Una sombra negra se acerco, luego se agaché para ver a Jimena y con sorpresa exclamoé: “Jimena, eres td!"

Al escuchar su nombre, Jimena levanto la cabeza sorprendida, encontrandose con el rostro elegante de Daniel, sus ojos detrés de las gafas la miraban preocupados.

Al ver a un conocido, se sintié atin mas inquieta, rdpidamente se seco las lagrimas y gir6 la cara, sin querer que él la viera llorar.

Pero ella se oculté demasiado rapido, y Daniel aun vio las lagrimas en su rostro y la sangre en la palma de su mano. Su expresién cambid a una de preocupacién, y tomando su mano pregunté: "iQué te paso

en la mano?”

Jimena retiré su mano suavemente, y sin resistirse, se relajo y con los ojos parpadeantes dijo: “No es nada, me cal.”

Daniel mir6 fijamente la palma de su mano, donde habia marcas de sangre impresas por las piedrecitas, y luego su rodilla, que también estaba raspada y la sangre mezclada con la tierra fluia hacia abajo.

ay una farmacia

Entendiendo la situacion, dijo: “Debe doler, necesitas desinfectar tu mano y rodilla, hay justo alla, quédate aqui y yo vuelvo con yodo para curarte.”

Con una mirada ansiosa, solt6 la mano de Jimena y se dirigi6 rapidamente a la farmacia al otro lado del

parque.

Cuando regresé con el yodo, encontré a Jimena todavia sentada en los mismos escalones. Sin darse cuenta, su corazon tenso se relajo.

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Capitulo 1240.

Se acerco a ella y se arrodillé a su lado, abri6 la botella de yodo y con un hisopo comenzé a limpiar su

herida

Lo hacia con cuidado, pero preocupado por lastimarla, levanté la mirada y le pregunt6 con dulzura: ;Te duele?”

Jimena neg con la cabeza, se sec las lagrimas con el dorso de la mano y sonrid, “Estoy llorando por una caida, ;me veo como una tonta?”

Se sentia avergonzada de que Daniel la viera llorando.

Si la gente supiera la razon de sus lagrimas, probablemente se reirian atin mas de ella

caigay

Después de decir esto sin mucha confianza, escuché a Daniel responder: “No, cualquiera que se ca se lastime podria querer llorar, es una forma normal de los humanos de expresar sus emociones. ;Coémo puede ser eso ser tonto? Ademas, eres una chica, esta bien llorar un poco después de una caida.”

Jimena rompi6 en risas: “Nunca habfa escuchado que llorar fuera bueno.”

Al verla sonreir, la seria expresion de Daniel también se ilumi