¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1531
Capitulo 1531
Jimena nunca tenia pelos en la lengua y no le importa si Orson se sentia incomodo.
Orson ya conocia el caracter de Jimena, si no lo molestaba, ella no seria Jimena.
Orson dijo mientras comfa con naturalidad: “Ya corté relaciones con mi madre, me expulsaron de la familia Salcedo, ahora soy solo un trabajador comin, no me llames mas joven maestro’. Estoy peor que ustedes, al menos tienen su propia casa, yo solo puedo vivir en la casa que me asigna el jefe, y si un dia se enoja, puede que me eche y me quede sin hogar. Si eso pasa, Jimena...”
Orson se detuvo, mird a Jimena y luego, con una mirada significativa, también mir a Daniel, que estaba sentado frente a él, directamente en su linea de vision.
Finalmente, su mirada se posé en la cara de Daniel, con una sonrisa traviesa, y dijo: “Sefor Daniel, usted y su esposa no se molestarian en acogerme, jverdad?”
;Qué tonterfas estaba diciendo Orson?
iQue ella lo acoja!
El corazon de Jimena se hundié y comenzé a latir con fuerza. Orson de verdad no era facil de manejar, siempre la hacia tener el corazén en un pufo.
Solo por venir a comer parrillada por un dfa, casi le cuesta la vida, organizando todo apresuradamente para que no viera a Fred y Adora.g2
Si Orson se mudara directamente a su casa, ;como podré ocultarselo?
Jimena, mordisqueando los cubiertos, con el corazon latiendo salvajemente, miré nerviosamente a Daniel, comunicdndose con la mirada: jrechazalo, tienes que rechazarlo! jNo podemos dejar que se mude a nuestra casa!
Daniel no miré a Jimena, su mirada siempre elegante se torné un poco aguda al fijarse en Orson. Después de unos segundos, bajo la mirada burlona de Orson, hablé: “Sr. Salcedo tiene mucho talento, ;como es posible que el jefe lo eche? Aunque lo echaran ahora, de seguro es porque ya encontraste un lugar mejor donde ir.”
Esa respuesta, aunque no afirmativa nada, tampoco era un rechazo, pero era la negativa mas sutil que habfa.
Jimena respird aliviada, con el corazon todavia palpitante, y répidamente tomo una verdura de la parrilla, la puso en el plato de Daniel, y dijo con una risa tonta: “Come verduras, te sirvo un poco.” Orson vio cémo Jimena le servia a Daniel, usando los mismos cubiertos que ella habia tenido en la boca, tan naturalmente y sin ninguna reserva.
“Bien, tl si me entiendes, sabes que me gusta comer huevos sin cascaras.” La sonrisa en la comisura de los labios de Daniel fue célida y tierna, sin mostrar ningtin desdén al tomar el huevo en su boca. Al ver esa escena, el corazén de Orson se sintié como si hubiera sido pinchado.
De repente, no queria seguir viendo la interaccion entre esos dos, su mirada traviesa se retracté y dijo: “¢Dénde esta la taza? Quiero tomar té.”
“La taza estd en la cocina, yo iré a por ella,” intercedi6 Elia, que estaba sentada aparte, preparandose para levantarse.
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Capitulo 1531
“No hace falta, yo mismo la tomo,” dijo Orson.
Se levanté y caminé hacia la cocina.
Solo queria desviar la mirada, no querfa seguir viendo esa pintura carifiosa de Jimena y Daniel juntos.
Se esforzaba por decirse a si mismo que no le importara, que Jimena y Daniel ya estaban casados, pero su corazon no obedecia.
Ver sus interacciones tan cercanas era como si le clavaran cuchillos una y otra vez en el corazon, era dificil no sentir dolor.
Orson entré en la cocina y abri6 el armario.
Jimena, que estaba comiendo, vio a través de la puerta de cristal como Orson abrfa el armario de la cocina, y su corazon se sobresalto, abriendo los ojos de par en par.
iQué Horror, los biberones de los nifios estaban todos en el armario!
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