¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1541
Capitulo 1541
Pero al pensar en que Lola habia cuidado a los nifios por tantos dias, y que tras su accidente, habia estado atendiendo tanto a ella como a los nifios sin descansar por un buen tiempo, no podia negarse.
Esta vez, Lola necesitaba irse por un asunto familiar y seria demasiado insensible por su parte rechazar su peticion.
Jimena dijo: “Esté bien, Lola, toma el dfa libre mafana. Yo pediré un dia de permiso en la empresa.” “Gracias, Jimena*, expreso Lola con un visible alivio.
“No hay de qué, soy yo quien deberfa agradecerte”, respondi6 Jimena.
Al dia siguiente, Elia se levanté muy temprano, desayuné con Josefina y, tras prepararse, se dispuso a ir al lugar acordado para la cita entre el Dr. Diaz y aquella mujer.
Por las prisas, Elia olvidé la informacion de la mujer sobre la mesa del salon y Josefina, al darse cuenta, tomo répidamente los papeles para alcanzarla.
Pero Elia ya habia partido en su coche.g2
Josefina estaba preocupada. ;Qué podria hacer ahora? Elia habia impreso esa informacion especialmente para mostrarsela al Dr. Diaz en la cita.
Elia se habia comunicado con el Dr. Diaz el dia anterior, y él la habfa pedido explicitamente que le llevara dicha informacion para poder comparar y hacerle preguntas a la mujer en su encuentro.
Sin los documentos, Elia seguramente tendria problemas con el Dr. Diaz.
Josefina, que habia escuchado varias conversaciones telefénicas entre Elia y el Dr. Diaz, podia decir que él no era una persona de buen temperamento, sus exigencias eran complicadas y su caracter era peculiar.
No dudaria en hacerle la vida imposible a Elia sin la menor consideracién.
Después de pensarlo bien, Josefina decidié tomar un taxi para llevarle la informacion a Elia, afortunadamente ella habia charlado con la mujer de la cita y conocia la direccién del encuentro. Cuando Elia llegé al restaurante, apenas eran las nueve de la mafiana, todavia faltaba una hora para la cita con el Dr. Diaz y su potencial pareja
Al abrir su bolso para revisar los documentos una vez més, Elia se dio cuenta de que no los habia traido. ;Deberia volver a casa?
Era hora pico y el tréfico estaba terrible. Ir y volver le tomaria al menos una hora, y no habia tiempo suficiente.
Justo cuando Elia estaba angustiada intentando tomar una decision, Josefina la llamé para decirle que estaba en camino con los documentos.
Elia se sinti6 enormemente aliviada y le pidi6 a su tia que tuviera cuidado.
Después de esperar unos minutos, Josefina llegé con los papeles en la mano y le pregunté a Elia: "iNo te he causado ningun retraso, verdad?”
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“No, no, el Dr. Diaz todavia no ha llegado*, dijo Elia, agradecida.
“Me alegro”, respondi6 Josefina asintiendo y justo cuando se disponia a irse, un hombre de mediana edad entr6 al restaurante, vestido con traje y corbata, no muy alto, era mas bien de apariencia comin, pero con un aire de gracia y elegancia.
Al ver a Elia sentada en una mesa con una mujer de unos 50 afios de pie a su lado, cuyo rostro ain mostraba dulzura y amabilidad a pesar de su cabello casi completamente blanco, el hombre le eché un vistazo a Josefina y dijo: “Elia, cada vez te esfuerzas menos, ahora hasta me traes a una mujer cuyo cuerpo ya estd medio enterrado para que salga conmigo”.
Al darse la vuelta y ver que el Dr. Diaz se acercaba, Elia se dio cuenta de que él se referfa a Josefina, éstaba a punto de darle una explicacion.
Pero las palabras del Dr. Diaz habian ofendido profundamente a Josefina, quien se adelanté para confrontarlo: “;Cémo puedes hablar asi? ;Dices que mi cuerpo ya esta medio enterrado? ;Tu boca siempre es tan venenosa?”
Josefina era una persona de genio sereno, que raramente se enfrascaba en discusiones a menos que algo la indignara profundamente.
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Capitulo 1542
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