¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1543

Capitulo 1543

Jimena se sinti¢ frustrada.

Para Tomeo, no habia otra opcién que la de ir. Pero, ;qué iba a hacer con los dos nifios?

Lola habia pedido el dia libre por problemas en casa, y no podia esperar que volviera solo por ésto. No podfa contar con Daniel, ya que el dfa anterior habfa tenido un problema con su novia por su culpa, y no queria ser la causa de una ruptura.

Tampoco podia postergar el trabajo.

Después de meditarlo, Jimena decidi6 llevarse a los nifios con ella

Vicente le habia dicho por teléfono que querfa discutir algo personalmente con ella. Si era Vicente quien queria hablar, entonces no habia de qué preocuparse.

Después de llevar a los nifios al restaurante, podria pedirle a alguien del personal que los cuidara mientras hablaba con Vicente, y luego se irian inmediatamente.

Con ese plan en mente, Jimena salié de casa con Fred y Adora.g2

En el restaurante Sabor Buendia.

Elia, Josefina y el Dr. Diaz habfan esperado mas de cuarenta minutos; ya eran las diez y, justo entonces, Fabiola envié un mensaje a Elia diciendo que no irfa.

Al leer el mensaje, Elia sintié un nudo en el estémago. Mir6 preocupada al Dr. Diaz, sin saber como explicarle la situacion.

“iQué pasa, tengo algo en la cara?” pregunté el Dr. Diaz al notar la mirada de Elia.

Ella negé con la cabeza y tartamudeo: “Fabiola dice que se fue a otra cita y que no vendra..." Apenas terminé de hablar, la expresién del Dr. Diaz cambié drasticamente, y todo su ser emané un aire de dificil trato: “Elia, fuiste ti quien me prometié satisfacer dos condiciones para que yo atendiera a Asier. Ahora que Asier estd recuperado, tengo la sensacion de que me estas dando largas.”

La tension en el aire aumenté cuando Cecilia aparecié empujando la silla de ruedas de Asier.

Asier lucfa un traje negro hecho a medida que realzaba su figura esbelta y su aura distinguida. Incluso sentado en la silla de ruedas, su presencia autoritaria era innegable.

Con un rostro bello y una postura noble, su semblante se volvié serio y su cuerpo, elegante y distante. Su llegada hizo que Elia se tensara.

Cecilia, por su parte, parecfa incbmoda empujando la silla de Asier.

Cuando Elia iba a responder al Dr Diaz, la vision de Asier la dejé sin palabras.

Josefina, molesta por el trato del Dr. Diaz hacia Elia, se levanté para defenderla: “No es justo hablar asi. Elia ha puesto mucho empefo en encontrarte pareja. Ha pasado noches enteras revisando sitios de citas hasta muy tarde para no perderse ningun detalle. Ha sido meticulosa seleccionando candidatas para ti. ;Cémo puedes decir que te esta dando largas?”

“Durante el tratamiento de Asier, ella cumplié con lo prometido. Todas las citas se presentaron como acordado. ;Pero qué pasa ahora? Asier acaba de despertar y ya me arregla una cita con alguien que no aparece, ino es eso dar largas?” replicé el Dr. Diaz.

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"El que deberia estar agradecido con usted por mi tratamiento soy yo,” intervino Asier con una voz grave y autoritaria.

Josefina se giro al escucharlo y vio al atractivo hombre acercandose en la silla de ruedas.

Todas sus palabras se atoraron en la garganta. Ese hombre, Josefina lo habia visto antes. Habia ido a buscar a Elia a su apartamento y habia mencionado a su hija Anabel Sauri...

;El era Asier, el padre de los hijos de Elia?

El Dr. Diaz también se volted y vio a Asier en buen estado, aunque sentado en una silla de ruedas. Después de examinarlo brevemente, dijo: “Sefor Griera, ya ha pasado un mes, jtodavia no se ha puesto de pie?”

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