¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1714
Capitulo 1714
Los periodistas no solo estaban poniendo a Elia en una situacién incémoda, sino que también estaban complicadndole la vida a Maximiliano.
No solo sacaron a relucir el asunto de la hija ilegitima de Maximiliano, sino que también preguntaron algo tan privado.
iPreguntaron cuanto dinero le daba Maximiliano a Elia al mes para sus gastos!
Esto era indagar sobre la relacion entre Maximiliano y Elia.
Maximiliano miraba a Elia con una expresién de culpabilidad.
De nuevo, el publico comenzé a murmurar entre ellos.
“Tan rico que es Maximiliano, y ni siquiera esta cuidando de su propia hija. Podia ser entendible antes de encontrarla, pero después de hacerlo y aun asi no cumplir con sus deberes como padre, realmente es ese tipo de persona.”
“No hay nada sorprendente en eso, todos estos ricos construyen su propia imagen. (No es asi como Maximiliano y su esposa siempre aparecian ante el publico como una pareja amorosa y fiel? Ahora de repente se revela que tiene una hija ilegitima, lo que significa que traicioné a su esposa. Todo era falso, no hay que creer tan facilmente.”
“Claro, la imagen publica se ha derrumbado. ;Quién sabe si tiene mas hijas ilegitimas por ahi?“g2 Aunque los comentarios del publico parecian bajos, cada palabra era suficientemente fuerte como para ser escuchada.
Al escuchar lo que la gente decia sobre Maximiliano, Elia se sentfa sofocada y angustiada. Se puso de pie y, frente al periodista que habia preguntado antes, dijo: “Tengo cincuenta millones en activos para la competencia! iY el costo de produccién de las piezas terminadas es solo de doscientos mil! iCincuenta millones de activos son mas que suficientes para cubrir esos doscientos mil!”
“;Quién sabe si lo que dices es verdad o mentira? Incluso si tuvieras cincuenta millones en activos. podrias no haberlos usado para producir las piezas y preferiste usar plastico barato para engafiar a todos. Al final, lo que recibi fue este montén de productos de plastico, con tachuelas en el tobillera claramente destinadas a lastimar mi pie!” Liuva atacé verbalmente a Elia una vez mas, después de recuperar el aliento.
“iLas piezas que entregué estaban hechas de materiales genuinos, no hubo ningtin engafio!” Elia defendio su posicion con argumentos sélidos.
“Entonces presenta la evidencia, incluso siendo la hija de una familia distinguida, sin pruebas no puedes demostrar que este montén de productos de plastico no es tu obra.” Liuva, con las manos. puedes-demostrar en la cintura y una postura desafiante, se enfrenté a Elia.
Con esas palabras, el publico presente empez6 a hacer eco.
*Si, solo con pruebas fehacientes puedes probar tu inocencia.”
“Incluso las verdaderas herederas pueden ser tacafias y no querer gastar dinero, y mas atin una recién llegada.”
Elia experimento por primera vez lo que era sentirse sofocada por el escrutinio publico.
Realmente no tenfa forma de explicar por qué sus obras se habian convertido en productos de plastico y, ademas, por qué habfan colocado tachuelas en el tobillera
Elia se vela incomoda en el escenario.
Asier, que no podia soportarlo mas, empujé su silla de ruedas, dispuesto a acercarse a la zona de exposiciones.
Apenas movid la silla, un hombre se acercé rapidamente desde detras del escenario: “jAqui estén las pruebas!”
La voz del hombre era lo suficientemente fuerte como para llamar la atencién de todos los presentes. Era alto y esbelto, vestido con un traje de cuadros azules con hilos dorados, proyectando la imagen de un distinguido caballero.
Sostenia una caja de joyeria de 12 pulgadas y se acercaba rapidamente hacia Elia.
iEse hombre era Ramiro!
Al ver a Ramiro acercarse a Elia, Asier apreté con fuerza el reposabrazos de su silla de ruedas, deteniendo bruscamente las ruedas.
Su cuerpo se tenso, emanando un aire gélido, mientras sus ojos permanecian fijos en el escenario, sin moverse.
“Ramiro, jlo que tienes en tus manos es la caja de joyerfa que entregué al equipo del programa!” Al ver a Ramiro, Elia se centro de inmediato en la caja que él sostenia, y répidamente se acercé a recibirla,
Ramiro le entregé la caja a ella.
Tan pronto como Elia la tomé en sus manos, la abrié inmediatamente, revelando sus creaciones perfectamente acomodadas dentro: un collar, aretes, una pulsera y una tobillera, jtodas hechas de oro, plata y piedras preciosas genuinas!
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