¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 261

Capitulo 261

El ambiente estaba cargado con una sensacion de opresion.

Elia no tuvo opcién, tuvo que subir al carro.

El chofer se sent al volante. Asier se senté en el asiento trasero, y Elia se sent6 a su lado.

Incluso sentado, su imponente estatura seguia siendo dominante y fuerte.

El muslo de Elia rozaba sus pantalones caros y sin una sola arruga. Tenia miedo de rozarlo y se movi6 cuidadosamente hacia un lado.

Pensaba que sus movimientos eran sutiles y naturales, que no llamarian la atencion.

Pero tan pronto como se movi, sintié una mirada helada y aguda como un cuchillo de hielo clavado en su pecho.

El corazon de Elia salté y al mirar a un lado, se encontré con los ojos penetrantes de Asier.

Sus hombros temblaron un poco, dijo, “Quiero acercarme a la ventana para respirar un poco de aire fresco”

Antes de que pudiera terminar de hablar, Asier la levantd y la senté en su regazo.

Incluso a través de la tela, podia sentir los sélidos musculos de sus muslos y su elegante contorno, tenia un cuerpo sexy lleno de fuerza.

Elia se quedo sin aliento, exaltada, dijo Sr. Griera, estamos dentro del carro,”

En un instante, el panel de separacion del carro se levantd, dividiendo el espacio delantero y trasero.

Asier agarro su cintura y levanté su barbilla: “;Puedo tener ese beso ahora?”

Ela se quedd atonita, su corazon latia rapidamente, de repente entendio lo que él queria decir. “Sr. Griera, me Tastimé la mano hace un rato.” Elia intent excusarse

;Y qué tiene eso que ver con tu boca?” La voz profunda de Asier desprendia una opresion inmaterial

Elia no pudo inventar ninguna excusa

Parecfa que no podia escapar de él, incluso si se lastimaba a propoésito.

Su poderoso aura la rodeaba, su masculinidad estaba a un soplo de distancia, infiltrdndose en cada poro de su piel.

Lo mas importante es que todavia estaba sentada en su regazo, sintiendo la fuerza y el calor de sus muslos.

El corazon de Elia latia como un tambor

Dado que no podia escaparse, no le quedé de otra que someterse

Cerro los ojos, sus pestafias temblaban de nerviosismo, y poco a poco acercé sus labios a los de Asier.

Le dejo un beso suave en sus labios y luego se retiré de inmediato.

Sin embargo, en un instante, Asier la agarré por la nuca y sus labios chocaron con los de él.

A diferencia de su suave beso, el de Asier era dominante y lleno de deseo de posesion.

No fue hasta que su respiracion se volvi6 agitada y casi se quedo sin aliento que Asier la solt6.

Ella se apoyo debilmente en su pecho, respirando profundamente aire fresco.

La gran mano de Asier acariciaba suavemente su espalda.

En ese momento, el carro se detuvo con suavidad, habian llegado al edificio de Elia.

Elia también se dio cuenta, rdpidamente salté del regazo de Asier y salié del carro.

Vio que ya estaban en su edificio

Entonces, Asier también salié del carro, su voz profunda era un poco ronca, dijo. Te acompafio hasta arriba.”

Despues de decir eso, comenzé a caminar hacia adelante.

Elia se asusto, rapidamente se adelanté y agarré su mano: “Todavia quiero salir contigo, no quiero volver a casa adn.”

Si el la acompanaba hasta arriba, seguramente entraria a su casa, y si veia las botellas de leche y juguetes, seguramente se daria cuenta de que tenia

nifios en la casa.

La palma de su mano era célida y delicada.

Parecia mas célido que de costumbre cuando ella tom¢ la iniciativa de agarrar su mano.

Asier la mir6 con carifo, sorprendido, creyendo que ella asumié rdpidamente su papel de novia. La mirada de Asier era inusualmente suave: “;A donde quieres salir?”