¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 275

Capitulo 275

La primera vez la arrastré a su auto a la fuerza, pero para la segunda vez, ella estarfa en guardia y no seria tan facil llevarla de nuevo al choche

Sergio se detuvo de nuevo, haciendo algo que dejé a Elia sin palabras.

De alguna manera se movi6 del asiento trasero al del conductor.

Para llevarla a casa, se mostré tan cauteloso y cuidadoso

Sergio se sento en el asiento del conductor, arrancé el motor y se llevé el auto.

Elia tenia un dolor de cabeza terrible, no queria deberle nada, pero él siempre la hacia sentir en deuda con él.

El la ayudo delante de Betiana, ahora le debfa un favor

Ahora el la llevaba a casa de nuevo, le debia dinero para el taxi.

Antes podia darle dinero para el taxi, pero esta vez, ;podria evitar tener otra deuda con él?

“Elia, ;sabes por que mi empresa se llama Serelia?”

El auto se desplazaba por la carretera, en el silencio del interior del auto, la voz de Sergio resoné de repente

La atencion de Elia fue arrastrada de vuelta, pregunté subconscientemente: “; Por qué?”

“Serelia es una combinacion de nuestros nombres, espero que podamos ser como mi empresa, funcionar como un todo.” Explicé Sergio.

Después de escuchar esto, Elia se lleno de tristeza.

Aunque sabia que la empresa era de Sergio, sospechaba que el nombre de la empresa podia estar relacionado con ella.

Pero cuando Sergio lo dijo en voz alta, el dolor en su corazon, inevitablemente emergio.

Le habia dado todo su corazon, no era algo que pudiera olvidar con solo decirlo

Algunas personas, una vez que las dejas escapar, las pierdes para siempre.

Sabiendo que no habia futuro con su relacién, no le darfa falsas esperanzas.

"Es solo un nombre, ;qué mas pudiera representar? Hay muchas mujeres con el nombre de Elia. Sergio, deja el pasado en el pasado, no te obsesiones. conmigo, ambos deberfamos empezar una nueva vida”

Ella lucho por mantener sus emociones en jaque, haciendo que sus palabras sonaran de forma indiferente.

Cuando termino, miré hacia la ventana del auto.

Sergio la miré a traves del espejo retrovisor, viendo su rostro decidido, se sinti¢ triste, pero no pudo decir nada mas.

El auto se detuvo frente al complejo de apartamentos.

Elia abrio la puerta del auto para bajarse, preparandose para buscar su billetera y darle el dinero del viaje

Pero el arranc el auto de inmediato.

Fue entonces cuando Elia se dio cuenta de que su bolso estaba en su auto, grité “Oye, Sergio...!" Pero el auto se movia muy rapido, no le dio tiempo para avisarle, y rapidamente desaparecié de su vista

Como si temiera que ella le pagara el taxi como la ultima vez.

Elia se sinti6 impotente y tuvo que caminar a casa.

Afortunadamente, su teléfono estaba en su bolsillo, su bolso solo contenia su billetera y algunos productos de maquillaje, nada importante.

Al llegar a casa y abrir la puerta, un olor a leche llené la habitacién, un aroma que le calmaba el corazon, y de inmediato hizo desaparecer su fatiga.

"Mama"

"Mama"

"Mama"

"Mama"

Cuatro pequefios y adorables nifios, balanceando sus pequefias piernas, corrieron hacia ella como pequefios pinguinos

Se veian tan lindos y adorables.

Elia sonrio, se agaché para abrazarlos.

Al escuchar sus tiernos gritos de “mama®, sinti6 que toda la fatiga y la tristeza que sufria valian la pena.

Iria fue la primera en correr hacia ella, y se lanzé a sus brazos, su pequefio rostro se peg6 al de ella, su adorable cuerpo la abrazaba fuertemente

Este abrazo estaba lleno de un célido y dulce bienestar