Receta para robarle el corazón al Dr. Farel novela completa -
Capítulo 217
El corazón de Evrie se paralizó por un momento.
Apretó su celular con fuerza pero no emitió palabra alguna.
Leandro continuó diciendo: —¿Crees que Farel te sacó de esa por nada? ¿Qué tanto sabes de los lazos entre la Familia Da Silva y la zona militar del Triángulo Norte? —
El corazón de Evrie se encogió como si lo hubieran apretado.
—No me importa con quién se vaya a casar, de lo que estoy segura es que no me quedaré en el Triángulo Norte, y mucho menos voy a aliarme contigo. —
La voz de Leandro se endureció: —Me estás forzando a tomar medidas drásticas. —
—Tú eres quien me ha estado forzando todo el tiempo. —
Leandro soltó una risa resignada: —Solo quería que vivieras bien, ¿por qué no puedes entenderlo? —
—Si vivir bien significa matar, engañar, forzar y venderse, prefiero morir. —
Evrie colgó el teléfono sin más.
Se quedó parada bajo el sol, pero sentía escalofríos recorriendo su cuerpo.
Tanto Zeus como Leandro eran unos enfermos; no se vislumbraba ni un ápice de humanidad en ellos.
Ella sabía que Leandro solo estaba utilizando a Óscar para mantenerla en Triángulo Norte; mientras ella permaneciera allí, Óscar seguiría con vida.
Que así sea, que Óscar pague por sus errores al ir al extranjero a apostar.
Detrás de ella resonó de repente un aplauso, seguido de una voz masculina perezosa y en perfecto español.
—Lo hiciste bien hace un momento, eres bastante valiente.—
Evrie se sobresaltó con la voz inesperada y giró reflejamente para ver.
El hombre vestía una camisa floreada con fondo negro, jeans holgados y botas estilo Martín; una parte de la camisa estaba fajada en el cinturón y la otra colgaba suelta, con un aire de despreocupación.
Era un rostro joven y guapo, con unos ojos seductores que no se olvidaban fácilmente.
Evrie no lo conocía y retrocedió instintivamente un par de pasos, murmurando un—Gracias.
Luego, se dio la vuelta para irse.
—Eh, ¿cómo te llamas? — El hombre detrás de ella preguntó con una voz traviesa y despreocupada.
—Nadie.— Evrie dejó caer esas palabras sin mirar atrás y se marchó.
El hombre se quedó allí parado, sus ojos de travieso se entrecerraron ligeramente.copy right hot novel pub
—Interesante.—
—Valerio, ¿qué haces parado ahí? Quedamos en entrenar a los tigres esta tarde, ¿vienes o no?
Otra voz resonó detrás de él.
Era un joven de su misma edad que hablaba con un español un poco forzado, era claramente un local.
Valerio desvió la mirada y se apoyó en el hombro del otro, con camaradería de compinches.
—Claro que voy, elige el más feroz, quiero ver si soy más hábil o si el tigre es más fuerte.—
…
Evrie volvió a la habitación del hospital, su corazón aún estaba revuelto.
Farel estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia afuera.
Evrie controló su expresión y conectó su celular a cargar.
—Deberías estar descansando, el médico dijo que necesitas dormir doce horas al día. —
Farel respondió: —La habitación es muy sofocante, no puedo dormir, prefiero mirar el paisaje. —
Evrie estaba preocupada: —Solo puedes mirar un rato, luego tienes que dormir la siesta. —
—Vale. —
Farel asintió levemente y le pasó un brazo por los hombros.
El fresco aroma masculino la envolvió, brindándole una sensación reconfortante.
—¿Con quién hablabas por teléfono afuera? —
De repente, Farel rompió el silencio con su pregunta.
Evrie se sobresaltó internamente, pero se hizo la desentendida y negó con la cabeza.
—No es nada, era una llamada de casa. —
—¿Ah sí? —
Farel la miró con una mirada inquisitiva.
—Sí, claro. —
Evrie parpadeó, decidida a seguir con su actuación.
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