Capítulo 1760

Aún no había amanecido.

En algún barrio común de la Ciudad de Verano.

Pum! ¡Pum! ¡Pum!

El sonido del timbre entrelazado con golpes urgentes en la puerta despertó a Berta y a su hija Carmen…

Carmen, un poco somnolienta, se frotó los ojos y se sentó en la cama, “¿Quién es? ¿Quien viene a tocar la puerta a estas de la mañana?

Berta ya se había levantado de la cama, buscando ropa para ponerse, “Carmen, sigue durmiendo, imamá irá a ver quién es!”

Aunque Carmen acababa de despertarse y su mente aún estaba nublada, su instinto de alerta estaba en plena vigencia. Se levantó de la cama y detuvo a su madre que estaba a punto de salir a abrir la puerta

Mamá, este no es nuestro hogar, y tu amiga han dejado de vivir en esta casa hace un tiempo. ¿Quién vendría a tocar la puerta de alguien más a estas horas de la mañana? Tenemos que tener cuidado, podria ser un ladrón!”

Berta miró el reloj en la pared, eran solo las cuatro de la madrugada. Esta hora era muy inusual para hacer una visita.

Carmen también se puso su ropa y agregó: “Mamá, esperame. Iré contigo a ver quién es.

Aunque papa se ha ido, estoy segura de que ha dispuesto gente en los alrededores para vigilarnos.

Teóricamente, las personas de papá no permitirian que extraños vinieran a tocar nuestra puerta a esta hora.

Supongo que la persona que toca la puerta es una de las personas de papá y si no, probablemente sea un ladrón que se ha deshecho de ellas!”

Al escuchar la especulación de su hija, Berta no pudo evitar ponerse nerviosa…

¿Quién podría ser el ladron? Ella no habia ofendido a nadie…

¿Podria ser alguien enviado por Sofia para deshacerse de ellas?

Pensando en esto, Berta tomó la mano de su hija, preparándose para protegerla en caso de que algo sucediera,

El golpe en la puerta exterior se volvió cada vez más violento y urgente…

Berta y Carmen caminaron suavemente hasta la puerta, sin atreverse a encender la luz por temor a que la gente de afuera notara que estaban despiertas

Luego, Berta se acercó un poco y miró hacia afuera a través de la mirilla….

¡Se quedó sorprendida!

Carmen noto que su madre estaba preocupada, y le agarró de la mano, preguntándole en voz baja: “Mama, ¿has visto quién está afuera?”

Berta volvió en si y, en lugar de responder a su hija, encendió la luz de la habitación….

La habitación de repente se iluminó, y Carmen se sintió aún más insegura, “Mama, ¿por qué encendiste la luz? ¿No nos estamos exponiendo de esta manera? ¿Quién está afuera?”

Berta acaricio la cabeza de su hija, “No tengas miedo, no es un ladrón.”

Luego, Berta abrió la puerta….

Mientras Carmen seguia nerviosa y curiosa, vio una figura deslumbrante entrar, trayendo consigo un leve aroma a rosas frescas.

La figura abrazó a Berta tan pronto como entro

Carmen tardó un minuto en reaccionar, y finalmente se recuperó, “Profesora Leticia, ¿por qué viniste?”

La mujer que estaba abrazando a Berta soltó a su amiga, bajó la cabeza y miró a la hija de su amiga, quien también era su estudiante, “Te asusté, Carmen?

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