Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Capítulo 1965

Capítulo 1965

Después de echar a Ineta, el subordinado volvió a donde estaba el señor Luben y le dijo con una disculpa: “Don Luben, lo siento, esto no volverá a suceder. En cuanto a la publicidad, voy a arreglarlo con un nuevo talento cuanto antes.”

“No hay prisa con la publicidad, hay algo más urgente que necesito que hagas,” respondió Luben con una sonrisa enigmática.

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Ineta y su asistente fueron expulsadas del Grupo Pantoja y, sentada en la camioneta, Ineta estaba furiosa: “¡Todo es culpa de Maira! ¡No la voy a perdonar! ¡Jamás!”

Su asistente, sentada a su lado, se animó a hablar con timidez: “Ineta, ¿por qué no vamos al hospital primero? Si no, esa herida en tu rostro podría dejar cicatriz.”

“¿Y

Y tú donde estabas cuando te neces

Ineta giró su cabeza encolerizada b

asistente, desplazando su ira hacia ella, y le propinó una fuerte cachetada, “¡Dime dónde estabas! Si hubieras estado ahí, Maira no habría tenido la oportunidad de lastimar mi cara tan fácilmente.”

La asistente, ya asustada, rompió a llorar tras la bofetada: “Ineta, me habías mandado a buscar la taza que olvidaste arriba. Cuando bajé, ya habías empezado a pelear con ella.”

Ineta no quería escuchar excusas y le dio otra cachetada: “¡Todo es tu culpa! ¿Para qué te tengo? ¡Eres inútil!”

Después de desahogar su rabia, Ineta volvió a mirar por la ventana, con sus ojos llenos de rencor dijo: “Maira, me las pagarás.”

Tras dejar el Grupo Pantoja, Maira caminaba sin rumbo, se sentía desolada, pero no tenía otra opción que regresar a la casa de la familia Ibarra y buscar trabajo poco a poco.

Encaminándose hacia la parada del bus…

Sentada en la parada, Maira tocó su mano, recordando la fuerza con la que había golpeado a Ineta, todavía le dolía.

A pesar de haber dejado a Ineta sin respuesta, ella también se sentía mal.

Era evidente que los entrevistadores del Grupo Pantoja no creían completamente lo que Ineta había dicho, pero tampoco se atrevían a correr el riesgo de contratar a Maira.

Había perdido la oportunidad de una entrevista que había conseguido con esfuerzo, y no sabía qué hacer…

“Señorita Jurado.”

El bus se detuvo de repente y Maira escuchó a alguien llamarla. Al levantar la vista vio a una mujer de mediana edad vestida con ropa de oficina.

Maira pensó por un momento que no la conocía, entonces le preguntó: “¿Quién es usted?”

“Hola, señorita Jurado, soy una empleada del Grupo Pantoja. Nuestro presidente me envió a buscarla para hablar con usted, ¿aceptaría?”

La mujer explicó su propósito.

Al saber que venía de parte del Grupo Pantoja, Maira se levantó rápidamente: “¿Podría decirme qué quiere su presidente conmigo?”

“No tengo los detalles, pero si me acompaña a la oficina, el presidente le explicará personalmente.”

Maira la miró llena de dudas…

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